ÁNGEL PANTOJA
ÁRBOLES
Brazo Árbol. Impresión sobre Hahnemüle 300 gr
©Ángel Pantoja
Brazo Árbol 02. Impresión sobre Hahnemüle 300 gr
©Ángel Pantoja
Brazo árbol 03. Impresión sobre Hahnemüle 300 gr
©Ángel Pantoja
Brazo Árbol 04. Impresión sobre Hahnemüle 300 gr
©Ángel Pantoja
SERIE ÁRBOLES
Por Ángel Pantoja
Esta serie nace a partir de un compromiso personal después de ser testigo y sufrir varios arboricidios llevados a cabo por el Ayto. de Sevilla y la Junta de Andalucía, destacando, como punto de partida, la tala injustificada del ficus de San Jacinto en Triana. Después vinieron más momentos tristes, como la tala de 300 árboles en La Cartuja, como previsión a la instalación de un parque solar o los intentos de urbanización de Tablada.
Los intereses privados y políticos, manipulan la naturaleza a su antojo y conveniencia, en perjuicio de toda la comunidad. El Amazonas es arrasado por los cultivos extensivos, la contaminación acaba con la calidad del aire y en los mares, donde llegan todo tipo de vertidos, flotan los microplásticos. El cambio climático, cuestionado por una legión de políticos y empresarios, es una realidad comprobada científicamente que se muestra cada vez con más fuerza y desolación ante El hombre que siendo origen de creación es a su vez, causante de destrucción.
En toda mi obra se puede apreciar mi pasión por el cine y por la imagen.
Vivimos una época plagada de films y series en las plataformas de television de pago donde enérgicos seres con superpoderes velan por la seguridad de todos luchando contra las fuerzas del mal: los superhéroes Para la ejecución de esta obra, decidí, irónicamente, usar ese mismo lenguaje y estética, en un juego conceptual, donde la naturaleza se transforma en un ser verde a lo increíble Hulk y exhibe sus ramas musculosas con las cuales vengarse de todos aquellos ¨malhechores con traje¨ que deciden sobre su/nuestra existencia.
A sus troncos, se aferran los rufianes, luchando por su salvación, en un mundo en peligro de destrucción, pero los árboles se mantienen fuertes e insobornables porque sus copas que pueden ser el refugio de encantadores varones rampantes, jamás lo serán para hombres insensibles que huyen de ¨pisar el suelo¨.
Ya es demasiado tarde y la naturaleza, justiciera, acabará con ellos