ÁNGEL PANTOJA
SERIE GRANADAS
BLANCO POR FUERA,
ROJO POR DENTRO
Blanco por fuera,
rojo por dentro.
Todo, en el fondo,
guarda un secreto.
Todo nos dice:
–Juega a mi juego,
no soy tan pobre
como aparento.
Blanco por fuera,
rojo por dentro.
Lo ves vacío,
pero está lleno.
Parece triste,
gélido, feo.
Pero, si escarbas,
nada más bello.
Blanco por fuera,
rojo por dentro.
Rojo, lo vivo.
Blanco, lo muerto.
Pero no olvides
nunca este juego:
Todo, en el fondo,
guarda un secreto.
Javier Salvago
En la serie Granada. El blanco predomina en cada pieza, la neutralidad de color y de figuras cobran paradójicamente todo el peso de la composición, y sin embargo, algo vuelve a acaparar la mirada; las figuras representadas son fácilmente reconocibles y forman parte de nuestro imaginario común: un cartón de leche, un pájaro, un balón, etc., y todos aparecen con aspecto frágil, resquebrajados, rotos e incluso automutilados – como es el caso del pájaro que nos conduce al recuerdo del pelícano de la Eucaristía, que abre su pecho para dárselo como alimento a sus crías. El atractivo reside precisamente en la ruptura, en el resquebrajamiento, en la desnudez hiriente de las cosas, de los pensamientos, de las emociones.
La granada se convierte también en un juego de palabras y relaciones figurativas; dentro de la serie encontramos granadas referidas al artefacto explosivo, y a su vez, referidas también a la fruta del mismo nombre. No es casualidad desde luego –como nada en su obra– hallar estas granadas granadas, sino que la redundancia se da de forma completamente intencionada para mostrarnos granadas que «estallan» para
revelar que, tras su anodina apariencia, se encuentra una inesperada dulzura. Esta serie quizás cobre mayor impacto, precisamente, por su menor opulencia, y la poética que encierra muestra una nueva expresividad dentro de los registros del autor.