ÁNGEL PANTOJA

CARTOGRAFÍAS

Por Victoria Arribas

Hay veces que un encuentro es para toda la vida. Un encuentro con una pieza de música, con un libro, con un artista o una obra de arte. Encuentros que te marcan y te inspiran abriéndote a investigar nuevos horizontes, nuevos territorios. Es lo que le pasó a Ángel Pantoja cuando eligió la obra del artista Michael Druks, para la propuesta creativa” A la manera de” en la Galería Rafael Ortiz de Sevilla. En ella avistamos la poética de su obra. Este encuentro fue el que le inspiró a trabajar en este nuevo proyecto, Cartografías de poder.

Viajando por esta cartografía nos encontramos GRACESLAND, pieza clave de esta serie, en la que el artista rinde homenaje a las mujeres artistas. Bien sabido es ya por todos que la presencia de éstas en la historia del arte, ha permanecido más bien en la sombra. Mujeres como venus cuelgan en las paredes de los museos, las que no están ahí, son musas, inspirando al artista, pero –casi- nunca se las recuerda en calidad de creadoras.

Recordemos a Artemisia Gentileschi, primera mujer aceptada en la Accademia di Arte del Disegno, o en Camile Claudel, de la que se habla de su sufrimiento y locura en artículos y libros, pero se les olvida hablar de su talento como innovadora escultora. Recuerdo a estas dos artistas, como podrían haber sido otras, no es por falta de tiempo o por olvido, ya las recuerda Ángel Pantoja, quien tras un exhaustivo trabajo, plasma todos sus nombres en GRACESLAND, donde, usando el territorio como lenguaje, nos encontramos con todas ellas, y con Guerrilla Girls,  pues es imposible no recordar su primer grito, en 1985 a las puertas del Mona ante la muestra An International Survey of Painting and Sculpture, que de los 169 artistas que participaban en la muestra, solo 13 eran mujeres. Ángel Pantoja nos invita a explorar su museo de mujeres, donde la iconografía se manifiesta a través de tres figuras que adoptan la elegancia de las gracias inmortalizadas por los grandes maestros, reposando ahora en los prestigiosos museos del mundo. La gracia aquí se convierte en un punto de reflexión sobre la histórica invisibilidad de las mujeres en estos espacios. Sin embargo, el artista, de manera irónica, utiliza esta estética clásica, reminiscente de Venus y las Gracias, como una herramienta para cuestionar la representación tradicional del cuerpo femenino como objeto de deleite masculino. A través de esta elección, impone protagonismo a las mujeres artistas, desafiando las expectativas preestablecidas y ofreciendo una nueva narrativa que va más allá de la apariencia estética inicial. Esta propuesta busca integrar la idea del artista sobre el cuerpo femenino y la ironía de su elección estética con el enfoque original de reflexionar sobre la visibilidad de las mujeres en el arte.